Otra de las alegrías de finales de los ochenta e inicios de los noventa vino de la mano de este angelino llamado CHUCKII BOOKER, consiguiendo llamar nuestra atención con este disco, el primero de los dos que llegó a grabar.
Nacido de una familia muy musical, tío, abuela y madre consiguieron destacar en diferentes estilos como el jazz o el gospel respectivamente. El chico estudió artes gráficas en la universidad de Pasadena, pero antes de llegar hasta aquí, ya dominaba instrumentos tales como la guitarra o la batería, Aún así, el diseño le llamó mas la atención. Una vez terminado sus estudios, volvió la mirada a la música, especialmente a la composición. Después de grabar varias piezas, fue el maestro Barry White quién se fija en él, haciéndole estampar su firma para el proyecto que llevaba consigo. Y de ahí salen composiciones y producciones con el sello de nuestro invitado. Unos años mas tarde, Booker deja ese trabajo para ingresar durante tres años en la banda Tease haciéndose cargo de los teclados del grupo. Será al final de la década de los ochenta cuando da el salto definitivo en la grabación de su primer disco, este CHUCKII (1989).
Desde la primera nota ya nos sorprende con un sonido funk intenso, directo y elegante a la vez. Destaca, sobre todo la fuerza que domina en todas los cortes. Jugando muy bien con las voces, él es el que realza todo el trabajo, el único que toca todos sus instrumentos, y el que compone todo el disco. Cuenta, eso sí, con la colaboración de Gerald Albright en su balada Oh Lover. Si andabas algo perdido con la música que dominaba, la aparición de este disco hizo que much@s se volvieran a enganchar al funk e incluso, miraras otros discos similares de otra manera. ¡ENORME DISCO!
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